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8 de marzo, la importancia de seguir celebrándolo

Compartimos con vosotras y vosotros el texto que nuestra colaboradora Ane García ha realizado con motivo del Día Internacional de las Mujeres.

8 de marzo, la importancia de seguir celebrándolo

La realidad laboral de la mujer en Bizkaia revela la necesidad de seguir luchando a favor de la igualdad y el empoderamiento femenino

Manifestación 8 de marzo de 2016

 Manifestantes frente al teatro Arriaga.

19.30 h., 11ºC. Ya ha anochecido en Bilbao y jarrea. La mujer dirige su silla de ruedas hacia las puertas del teatro Arriaga mientras el agua escurre por su cazadora. Hace un día de perros, pero los principios y la dignidad no entienden de inclemencias meteorológicas.  Sus amigas la esperan pancartas en mano, todo está listo para salir. Arranca el recorrido. La masa inerte contempla desde la acera.

El 19 de marzo de 1911 se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer en EE UU, Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, un año después de que fuera proclamado por la Internacional Socialista. Tras más de un siglo de lucha a favor de la igualdad de género las estadísticas dan fiel reflejo del arduo trabajo que aún queda por hacer. Los datos oficiales y algunos testimonios que se mostrarán a continuación corroboran que en Bizkaia también existe brecha laboral.

 El origen de la celebración es fruto de diversos acontecimientos. Según la escritora Ana Isabel Álvarez González hay una enorme confusión en la historiografía feminista española, la cual vincula el origen de la celebración del 8 de marzo  al incendio ocurrido en aquella fecha de 1908 en la fábrica textil Cotton de Nueva York. Las obreras estaban en el interior declaradas en huelga y el propietario encerró y  prendió fuego al inmueble. Fallecieron 129 mujeres. Si se acude al calendario puede comprobarse que aquel día era domingo. Fecha peculiar para celebrar una huelga, era el día de libre de las empleadas.

En la historiografía estadounidense en cambio, el mito gira en torno a una manifestación de obreras del sector textil celebrada según algunas versiones el 8 de marzo de 1857 y según otras el 8 de marzo de 1908. La historiadora Renée Côte indagó en los archivos de las universidades más prestigiosas de EE UU y Europa y no encontró documento alguno que confirmara tales hechos. Por su parte, la historiadora norteamericana Mari Jo Buhle, estudió el incendio de la Triangle Shirtwaist Company en 1911 -con el que también se relaciona la celebración- por ocasionar la muerte a las mujeres que en 1910 protagonizaron la primera huelga llevada a cabo exclusivamente por mujeres. Se negaron a trabajar durante 13 semanas para reivindicar mejoras en su situación laboral. La autora sostiene que el incendio tuvo lugar en realidad el 25 de marzo y no el 8 como se cree.

 La Triangle Shirtwaist Company estaba situada en los tres pisos superiores de un edificio de madera y tenía graves deficiencias en materia de seguridad. En la fábrica trabajaban más de quinientos empleados, la mayoría chicas inmigrantes entre los 16 y 21 años. En el noveno piso por ejemplo trabajaban 270 empleadas hacinadas en filas paralelas, con 15 máquinas de coser cada una. Delante situada su respectiva empleada, pisando el pedal que marcaría el compás del hilo musical omnipresente durante sus 52 horas semanales de trabajo. En el juicio posterior se demostró que el incendio lo provocó un trabajador en un descuido, al arrojar una cerilla cerca de un amasijo de telas. El fuego se propagó rápidamente y cuando las jóvenes quisieron huir se encontraron las puertas cerradas. Muchas no dudaron en lanzarse por las ventanas antes de padecer la voracidad de las llamas. Murieron 146  trabajadoras. El suceso conmocionó al país y provocó una fuerte marea sindical. Las calles se llenaron de movilizaciones de protesta y denuncias hacia los abusos de los empresarios. La tragedia facilitó cambios en la legislación y mejoras en la situación laboral de la mujer a partir de 1933 bajo el mandato de Franklin Roosvelt.

Magdalena Suárez presidenta de ‘Mujer Siglo XXI, asociación de mujeres profesionales y empresarias’ muestra una visión crítica de la realidad de la mujer en la empresa privada. Con más de veinte años de trabajo por cuenta ajena a sus espaldas y gracias a su cargo en la asociación conoce de primera mano los avatares en el día a día de las mujeres profesionales. La brecha salarial, los empleos feminizados y el techo de cristal son puntos que preocupan a Suárez, afirma que <<se puede acceder a un trabajo siendo mujer u hombre y aparentemente no van a discriminarte, el problema está luego en las posibilidades que tengas de mejorar dentro de tu trabajo, de tener un salario acorde con tu preparación, etc>>.

Es rotunda en cuanto a las dificultades de la mujer para desarrollar su carrera profesional: <<Son muy pocas las que pueden llegar y lo curioso es que hay un sector de mujeres que alcanza puestos de relevancia que se olvida del resto>>, lamenta. <<Tienen que aprovechar esa posición de poder para ayudar al resto, y eso no se está haciendo>>. Asimismo, denuncia la escasa conciliación familiar existente: << A nivel estatal aún estamos muy por detrás de la media europea>>

Según un informe de Eustat de 2013 sobre las rentas principales en los hogares de la CAV,  3,97 mujeres entre 100 y 5,53 hombres de cada 100 percibieron un salario bruto anual de entre 33.000 y 36.000 Euros. Cuanto mayor es la renta mayor es la brecha salarial: 2,99 de cada 100 mujeres y 4,91 de cada 100 hombres obtuvieron un salario igual o mayor a los 102.000 Euros.

En la empresa pública la situación es más favorable para la mujer. La agente municipal  A.R. asegura que nunca se ha sentido discriminada por ser mujer ni por sus compañeros ni por sus superiores, pero que no ha conocido ninguna mujer en cargos de responsabilidad en las 4 comisarías por las que ha pasado. Explica que el baremo de las pruebas físicas a es distinto para hombres y para mujeres y que ella lo considera lógico, ya que <<la fuerza física de una mujer es diferente a la de un hombre>>.

Su experiencia de 8 años le confirma que los ciudadanos respetan por igual a un hombre que a una mujer uniformada. Al escuchar la palabra maternidad lamenta que en su caso y en el del resto de compañeras <<ha sido una desventaja>>. Comenta que cuando estás embarazada no hay ningún puesto en el que puedan estar que no sea la calle o los turnos de mañana, tarde y noche y que a la hora de conciliar la vida laboral y la familiar << no te facilitan las cosas>>.

Marta Macho en su despacho de la UPV

Marta Macho en su despacho de la UPV

Marta Macho es otra cara de la empresa pública, matemática apasionada de su trabajo y con 30 años de experiencia en su mochila profesional, es el claro ejemplo de docente vocacional. En la puerta de su despacho dan la bienvenida minibiografías de mujeres científicas, para muchos desconocidas. Además de enseñar y divulgar la profesora también es editora del Blog ‘Mujeres con Ciencia’, uno de los cuatro blogs de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV, a través de la que difunde la historia de las mujeres científicas, la historia obviada en los libros de texto.

Marta explica que el mundo de la Ciencia es un mundo de hombres: <<He vivido situaciones machistas, pero estoy bastante bien considerada en mi puesto porque trabajo duro y me tienen mucho respeto>>, afirma. Explica que es una mujer un poco extraña porque le dirían cosas que no le dicen porque la respetan como trabajadora. <<Eso ha provocado que mi situación no sea tan dramática como las de otras mujeres>>, admite. Reconoce que protesta mucho en foros y reuniones, <<soy la ‘tocapelotas’ de turno>>, señala y tiene claro que si no fuera una mujer tan <<reinvindicativa>> la hubieran machacado mucho más.

Lamenta que el trabajo de las mujeres se desprecia con facilidad: <<En el día a día aguantas muchas tonterías, el otro día me hicieron una entrevista en Deia y he tenido que aguantar el ‘salías muy guapa’ de turno. Todo el mundo es coqueto y quiere salir bien, pero ese comentario no se lo hacen a un hombre>>. Su carrera está muy feminizada, no tanto las ingenierías o la Física. Según el último informe del Ministerio de Igualdad las mujeres matriculadas en Ingeniería y Arquitectura sólo representan el 26,14 % del alumnado.

Marta afirma que en matemáticas hay muchas mujeres en el aula, pero que en investigación las cosas cambian: <<Tienes 25 años, vas a un congreso de 70 personas, tienes que contar algo y estáis tú y otras tres mujeres. Te tratan con benevolencia, te hacen comentarios que no tenían que hacerte, es incómodo>>, señala.  <<Luego están los micromachismos…>>, concluye, lo que Luis Bonino define como las prácticas de dominación masculina cotidianas e imperceptibles que se dan en el orden de lo`micro´.

El informe de 2015 de Emakunde revela que desde el año 2006 los contratos más precarios del mercado laboral los realizan mujeres. Karmele Jaio su responsable de prensa  explica que está demostrado que en los trabajos feminizados se cobra menos. <<Muchas mujeres se ven obligadas a reducir sus jornadas para el cuidado de hijos y familiares, reduciendo así sus ingresos>>, añade. <<También hay casos implícitos donde se les paga menos>>. El 73,2 % de las personas que trabajan sin contrato son mujeres y más del 80 % de la población ocupada en la CAE con jornada parcial es mujer. En 2013 los ingresos medios de las mujeres fueron 7.000 € más bajos que los de los hombres. Se intenta averiguar si las empresas dictan consignas machistas a las ETTs a la hora de contratar, pero las dos principales – Adecco y Randstad- se niegan a hablar con prensa.

España contribuyó con un total de 3.549.010 dólares a la Organización ONU Mujeres, organización de Naciones Unidas encargada de promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

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