Bertsolaritza: mucho más que una tradición vasca

Algunos definen el bertsolarismo como el arte de inventar bertsos y, a su vez, como movimiento social creado en torno al mismo. Asimismo, el bertsolari Xabier Amuriza define el bertsolarismo con la siguiente estrofa:

            Neurriz eta errimaz

            kantatzea hitza

            horra hor zer kirol mota

            den bertsolaritza

De una manera o de otra, este arte es resultado de la suma del canto, rimas, medidas e improvisación, y ha sido durante muchos años una parte importante de la cultura vasca. A pesar de que la muestra más antigua que se conoce del bertsolarismo improvisado actual data de principios del siglo XIX, varios expertos historiadores opinan que es posible situar la tradición oral en la época prehistórica.

Tendremos que esperar hasta el año 1452 para tener evidencias indiscutibles sobre la presencia social de la tradición oral improvisada, ya que éstas estaban vinculadas a dos menciones incluidas en el Fuero de Vizcaya. Aun así, no se pueden hacer afirmaciones categóricas sobre estas épocas, es decir, la situación de la improvisación de aquella época no es del todo conocida.

Aunque se hayan guardado dos bertsos cantados por Fernando Amezketarra en Azpeitia en el año 1799, es digna de mención la primera actuación que tuvo lugar en Villabona en 1801, ya que acudieron 4.000 a la plaza del pueblo. Con el transcurso de los años, el fenómeno se ha ido reforzando en la sociedad vasca. Ejemplo de ello es la primera Txapelketa del País vasco que se celebró en 1935.

La época comprendida entre 1940-1950 se caracterizó por la censura de la dictadura de Franco, pero esto no hizo que el bertsolarismo cayera en el olvido. Al contrario, lo utilizaron como herramienta contra la represión social. Aunque durante la dictadura y en los primeros años después de ésta el bertsolarismo vivió situaciones duras, ha tenido la capacidad de adaptarse a las necesidades de cada momento y a la realidad. Como botón de muestra, las escuelas de bertsolarismo, y cómo no, la Bertsolari Txapelketa Nagusia que se celebra cada cuatro años.

Precisamente, el pasado 18 de diciembre se celebró en la Navarra Arena de Iruñea la txapelketa antes mencionada, la cual fue muy multitudinaria. Se juntaron ni más ni menos que 14.000 personas en la capital navarra con la intención de disfrutar del evento que duró todo el día. Está claro, pues, que el bertsolarismo goza, hoy en día, de mucha vitalidad.

Por otro lado, cabe la pena mencionar la noticia que nos llegó el pasado noviembre de Francia, dado que el bertsolarismo ha sido declarado bien de interés cultural inmaterial. La decisión del Ministerio de Cultura del Estado francés ha sido descrita por la asociación Bertsularien Lagunak como “reconocimiento al trabajo realizado durante años”. Igualmente, han admitido que el bertsolarismo es un movimiento muy vivo en Iparralde, y en general, en Euskal Herria. 

Así pues, es la segunda vez que el bertsolarismo percibe tal reconocimiento: en 2018, el Gobierno de Navarra lo declaró como Bien de Interés Cultural. En cuanto a la CAV, Bertsozale Elkarteak ya ha realizado la solicitud pertinente, y el proceso sigue en marcha.

Referencias:

Zer da bertsoa?. Bertsozale Elkartea. https://www.bertsozale.eus/eu/bertsolaritza/sarrera-zer-da-bertsoa?set_language=eu

Historia. Bertsozale Elkartea. https://www.bertsozale.eus/eu/bertsolaritza/historia

Astarloa, Iraitz. 2022. “Francia declara el bertsolarismo bien de interés cultural inmaterial”. Deia. https://www.deia.eus/cultura/2022/11/25/francia-declara-bertsolarismo-interes-cultural-6257425.html

Bertsolarismo. Etxepare Euskal Institutua. https://www.etxepare.eus/es/bertsolarismo

Alberdi Etxaniz, Idoia. 2022. “Bertsolaritzak kultura ondare immaterialaren izendapena lortu du Frantzian”. Eitb.eus. https://www.eitb.eus/eu/kultura/osoa/9025752/bertsolaritza-kultura-ondare-immaterialaren-katalogoan-sartu-du-frantziako-kultura-ministerioak/

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Leire Goenaga Egaña. Estudiante del doble grado de Relaciones Internacionales y Derecho en la Universidad de Deusto.

Imagen: Ayuntamiento de Getxo