ODS 10 – En Europa también hay racismo
21 marzo, 2022Por Marta Vázquez Razquin.
Alumna del grado de relaciones Internacionales de la de la Universidad de Deusto.
Suelen decir que a la tercera va la vencida, y aunque no sé de dónde surge esta expresión, confío en que se haga realidad. Pensaba que hablar de desigualdades (ODS 10) iba a ser, tristemente, algo que se me iba a hacer más fácil. Son muchas las razones por las cuales somos desiguales los unos de los otros, y muchas más aquellas por las cuales colectivos enteros se encuentran en posiciones de vulnerabilidad.
Tras no estar poco tiempo dándole vueltas a la cabeza, he decidido centrarme en algo que está sucediendo ahora mismo, y por lo que he leído y oído hasta ahora, no se le está dando la importancia que debería en los medios de comunicación – por lo menos, en los principales.
Todas conocemos, aunque sea de manera superficial, lo que está ocurriendo en Ucrania ahora mismo. Y aunque no me voy a meter en el aspecto más político, económico o securitario del asunto, sí lo voy a hacer en el humanitario. Las cifras varían, ya que nunca se pueden saber exactamente, pero se estima que por lo menos hay más de millón y medio de refugiados (a fecha de hoy) ucranianos, que han cruzado las fronteras del país y están buscando refugio en países europeos. Hasta ahí, todas conmigo ¿verdad?.
De lo que no somos conscientes, por lo menos muchas de nosotras, personas blancas de España, es de lo racista que es nuestra sociedad, en este caso la europea. Por ello, doy gracias a personas como Safia El Aaddam (@hijadeinmigrantes), Youssef M. Ouled (@youssefmouled) y Safiya Kerchaoui (@safiya.kerchaoui), entre otras muchas, que realizan una labor inmensa de educación – por la cual no reciben retribución alguna.
Son muchas las personas no ucranianas (léase no blancas y de ojos azules) las que están teniendo grandes dificultades en cruzar las fronteras, y que cuando las que consiguen cruzar, se encuentran con violencia y racismo en su país de acogida, sobre todo estudiantes africanos e indios, que se han visto obligados a pedir ayuda por redes sociales.
Y no es únicamente este racismo el que ha salido claramente a relucir estos últimos días, ya que son muchos los medios de comunicación que han descrito a los refugiados ucranianos como civilizados – en comparación a los africanos, que son “incivilizados” o no refugiados de verdad.
Por último, quisiera mencionar las respuestas que están recibiendo muchas de estas activistas, y otras personas que están realizando la misma crítica, cuando denuncian este racismo al comparar las respuestas a la crisis ucraniana con las de la crisis palestina – por nombrar una. Tal como explican, se puede ser solidaria a la vez que se denuncia el racismo y la hipocresía de Europa y de Occidente. Recalcar que cuando los ciudadanos ucranianos realizan cócteles Molotov están justificados, pero si los realizan los ciudadanos palestinos son terroristas, no significa que le estemos quitando importancia a lo que ocurre en Ucrania, si no que se está señalando la hipocresía. Queda claro que como sociedad tenemos mucho trabajo por delante si queremos llegar a esa igualdad que predicamos.
Marta Vázquez Razquin.
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Foto: UNHCR
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