Refugiarse en el deporte
9 febrero, 2017Hemos hablado en más de una ocasión de lo complicado que puede resultar para las personas refugiadas integrarse en sus países de acogida. A veces no existen mecanismos efectivos para que estas personas recién llegadas se vinculen con su nueva comunidad. Pero como se ha demostrado muchas veces, el deporte puede servir como dinamizador de la integración. En Canadá, a donde merced principalmente de programas privados han llegado casi 40.000 personas refugiadas sirias, han implementado diversos programas para ayudar a los recién llegados a que tengan una vida plena.
En Toronto utilizan el deporte para mejorar las vidas de estos recién llegados. En 2014 se fundó el equipo de fútbol Syrian Eagles compuesto por personas refugiadas sirias. El club lo fundó una mujer, Neveen Faress, canadiense de origen sirio. La motivación de Faress era ayudar a los recién llegados y se percató de que aunque se realizaban muchos esfuerzos y programas para ayudar a los niños y niñas recién llegados, los adultos no gozaban de esas de actividades para integrarse. Así que Faress creó Syrian Eagles para que las personas refugiadas sirias pudieran escapar de la dura realidad de ser refugiado a miles de kilómetros de su lugar de origen.
El equipo se ha convertido en una referencia para los inmigrantes sirios en el sur de Ontario. Permite que los refugiados se conozcan entre sí y formen una comunidad. Además, al participar en una liga con vocación recreativa, conocen gente cada semana, en cada partido y eso les permite ampliar su círculo de amistades. El éxito del proyecto ha animado a otros grupos de refugiados en otras zonas de Canadá a fundar sus propios equipos. Gracias al fútbol, refugiados como Abdou Lamousali pueden sentirse conectados con la vida que se vieron obligados a dejar atrás. Lamousali fue jugador en la primera división de Siria y ahora ejerce como capitán y entrenador de los Syrian Eagles.
El fútbol está ayudando mucho a las personas refugiadas sirias a aclimatarse a Canadá. No solo a través de estos equipos recreativos. Muchas personas sirias se han convertido en habituales del BMO Field, el estadio donde disputa sus encuentros Toronto FC, el equipo de fútbol profesional de la ciudad y uno de los mejores de Norteamérica. En las gradas del estadio pueden socializar y sentirse totalmente integrados, comentando con otros aficionados canadienses las gestas de la estrella del equipo Sebastian Giovinco. El equipo ha reconocido su apoyo y recientemente invitó a un grupo de refugiadas sirias a presenciar la final de la MLS, que disputaba Toronto.
El fútbol, que tantas veces saca lo peor de la gente, está demostrando que también puede sacar lo mejor y ayudar a personas que se encuentran lejos de su entorno y que necesitan desesperadamente forjar un vínculo con la comunidad que les acoge.
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