Entrevista a Tete Barrigah-Benissan

Hoy conocemos a Tete, artista percusionista y experto en las tradiciones africanas. Tete nos habla sobre el difícil y tedioso procedimiento que las personas migrantes atraviesan para lograr los papeles que les permiten residir en España.

Por Nahia Varela Molina.
Alumna del grado en Relaciones Internacionales de la Universidad de Deusto.

Buenos días Tete, ¿podrías presentarte?

Buenos días. Mi nombre es Tete Barrigah-Benissan, y soy artista percusionista y experto en las culturas y las tradiciones africanas. Llevo 9 años en Euskadi y vine desde Togo.

¿Cómo fue tu llegada a España?

Llegué desde Togo a Marruecos por vía terrestre y después de 2 años en Marruecos entré a España pasando por Castillejos, una ciudad marroquí que tiene frontera terrestre con Ceuta. Tratando de llegar a Ceuta nadando, la Cruz Roja me rescató en el mar y me llevó donde la Policía Nacional para coger mis huellas. Después me llevaron a un CETI – Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes – en Ceuta.

A menudo escuchamos a ONGs o entidades humanitarias denunciar las inhumanas condiciones de vida de los CETIs. ¿Qué nos puedes decir sobre ello?

Son una “media cárcel”. No se respetan los Derechos Humanos y los guardias de seguridad abusan de sus poderes.

Hablando de libertad, ¿cuáles es vuestro nivel de independencia y autonomía durante la estancia en el CETI?

Diría que es una “semi-libertad”. Podemos salir por la mañana y podemos tratar de buscarnos la vida durante las horas en las que estamos fuera. Intentamos trabajar; de hecho, ayudamos a las familias con la compra, limpiamos y aparcamos coches … nos dan dinero a cambio.

¿Cuánto tiempo estuviste en el CETI y a qué dedicaste tu tiempo?

Estuve 5 meses. Dentro del CETI hay formaciones de orientación sociolaboral, clases de castellano, pintura… Yo respetaba el programa del centro y cuando tenía tiempo libre iba al centro de la ciudad para ganar dinero con el fin de recargar el móvil y así estar en contacto con mi familia. Además, cuando llegas al CETI te dan un conjunto de chándal y un par de zapatos para tres meses… así que el dinero también me sirvió para comprar algo más de ropa.

¿Cómo lograste salir del CETI?

Respeté el procedimiento y respeté las normas (a pesar de que no compartiese la manera de aplicarlas…). Y por eso, por buena conducta y por un resultado positivo en una prueba psicológica, la Cruz Roja vino a por varios de nosotros y nos separó para mandarnos a diferentes sedes de la Cruz Roja en España. Yo fui a parar a Madrid.

¿Qué pasa con aquellos inmigrantes a quienes la Cruz Roja no consigue ayudar?

La policía nacional va a buscarte para llevarte al CIE – Centro de Internamiento de Extranjeros – de Madrid y ahí, que es como otra cárcel, puedes estar un máximo de 60 días hasta que ellos valoran si puedes quedarte o te devuelven a tu país. De hecho, conozco casos en los que tras mucho tiempo en el CETI y después en el CIE de Madrid, por diferentes motivos o por acuerdos bilaterales que dentro del marco de la política migratoria de la Unión Europea España mantiene con los países de origen, los inmigrantes han sido deportados.

¿Y después de llegar a Madrid?

Nos alojaron en un hotel durante dos semanas y nos dijeron que aquellos que teníamos familiares en España, podíamos ir con ellos. Los que no, debían quedarse en centros de acogida en Madrid. Yo fui a Lleida durante 3 meses a vivir con mi prima. Pude viajar gracias a un certificado de la Cruz Roja.

¿Temiste ser identificado y deportado durante esos meses?

Sí, claro que tenía miedo, no tenía permiso de residencia. No obstante, actué con normalidad y mientras vivía con mi prima me dediqué a estudiar.

¿Cuál es el procedimiento para lograr los papeles?

Hay diferentes maneras, yo he optado por la llamada “residencia por arraigo social”. De esta forma, puedes solicitar el permiso de residencia una vez demuestras que llevas 3 años viviendo en España (mediante un papel que indica tu fecha de llegada y tu continuidad en el país durante 3 años) y siempre que cuentes con un precontrato laboral y estés empadronado.

Para solicitarlo, de todas formas, necesitas un certificado de arraigo. Yo lo solicité primero en 2015. Demostré que llevaba 3 años y que estaba integrado. Además, tienes que acreditar tus cursos, los diplomas… Por otra parte, también necesitas un certificado de antecedentes penales de tu país de origen y de España. Y, claro, el precontrato laboral de un año a jornada completa. De esa forma, el Gobierno Vasco valora tu nivel de arraigo y si el resultado el positivo, puedes solicitar el permiso de residencia.

¿Cómo fue tu llegada a Bilbao?

Mi idea inicial era ir a Logroño, donde estaba un primo mío que llegó en la misma circunstancia que yo. Pregunté por asilo en el centro de Logroño, pero me encontré con que, al ser un centro de acogida para solicitantes de asilo, tiene que ser una organización como la Cruz Roja, por ejemplo, quien te derive ahí. Sin embargo, en el proceso me hablaron de CEAR – Comisión Española de Ayuda al Refugiado – y llegué a Bilbao para hablar con ellos. Desde CEAR me dieron 3 noches en un albergue y después pasé a dormir en la calle, en un edificio que estaba abandonado.

¿Cuánto tiempo estuviste viviendo en la calle?

2 semanas. Un día un señor iraní me preguntó si sabía pintar. Me dijo que él tenía una tienda en Marbella y que había venido a Bilbao para abrir otra. Él necesitaba gente para la obra ya que el pintor que le iba a ayudar le había dejado plantado. Necesitaba gente y por suerte o casualidad, me tocó. El señor me pagaba 50€ al día y me dio de comer durante 5 días. Pinté y coloqué las alfombras. Gané 250€ y ese dinero lo mandé a Togo para que me enviasen mi pasaporte.

Después de esos días tuve la suerte de que el mismo hombre, al saber que yo estaba viviendo en la calle, me ofreció trabajo en la tienda. Además, me adelantó el dinero para conseguir una habitación incluso antes de empezar a trabajar. Fue una bendición. Una vez con la dirección y el dinero, me empadroné.

¿Qué consecuencias tiene el no tener pasaporte?

¡No puedes empadronarte! Y, claro, si no estás empadronado estás fuera del sistema: no puedes obtener la tarjeta sanitaria, no tienes acceso a las ayudas sociales…

¿Continúas trabajando en la tienda?

No, duré solamente 3 meses. La tienda no iba bien y empecé una formación con una asociación que me ofreció un curso de fontanería durante 6 meses. La misma asociación me buscó una plaza en un piso de acogida ya que no tenía trabajo para seguir pagando mi habitación. Sin embargo, las condiciones de vida en el piso eran inhumanas y me vi obligado a salir y a volver a dormir en la calle. No obstante, esta vez dormí en la furgoneta de un conocido.

Poco después empecé a realizar un curso de rehabilitación de edificios durante 1 año. Comíamos ahí y nos daban una indemnización. Con esta indemnización pude pagar una habitación en un piso compartido.

¿Y después?

Desde Solidaridad Internacional, donde yo había realizado el curso, sabiendo que soy artista percusionista me ofrecieron colaborar en un proyecto para organizar talleres de percusión para niños en diferentes centros educativos de cara a fomentar la interculturalidad.

También comencé a trabajar de voluntario en Emigrados sin Fronteras. Poco después me ofrecieron un contrato para coordinar un taller con ellos. Me hicieron una oferta, un contrato. Con eso solicité el arraigo para los papeles.

Entiendo que la resolución fue afirmativa, ¿no es así?

Pues sorprendentemente no. Quiero decir, la solicitud del arraigo fue positiva por mis años de estancia, mis certificados… Sin embargo, no me concedieron la tarjeta de residencia. La solicitud fue denegada porque presuntamente la organización no tiene suficientes ingresos. El proyecto no estaba aún aprobado y se basaron en el dinero que la asociación tenía en ese mismo momento. Yo dependía de dinero que venía dentro de poco.

Sin embargo, por el hecho de haber sido padre de un menor español, me concedieron un permiso de trabajo y de residencia de un año. Desde entonces he seguido trabajando para poder renovarlo.

¿A qué te dedicas actualmente?

Salí de Solidaridad Internacional y, con el apoyo de otros compañeros creamos otra asociación – NOVISI Elkartea – (Asociación de fraternidad entre Togo y Euskadi). Togo es un país pequeño y desconocido. Pienso en todo lo que he pasado y… ¿si hubiese habido una asociación del colectivo togolés que me hubiese ayudado en mis primeros pasos en España? Hemos querido formar esa asociación. Es necesaria una asociación de Togo.

Lo cierto es que no somos muchos y hemos creado una asociación mixta. No es solo una asociación de personas togolesas. Novisi Elkartea es un marco organizacional que permite construir una red de acción entorno al individuo y a las comunidades africanas residentes en el País Vasco, para promover su integración, su implicación y participación como ciudadano en su lugar de residencia además de acercar las culturas de África occidental a la población autóctona (especialmente a la infancia y la juventud). También en 2019 abrí una academia de danzas y percusión africana en Bilbao (ACADEMIA MAWU-LISA).

Las personas inmigrantes estáis constantemente sometidas y condicionadas por un status de irregularidad que se demora en el tiempo y que impide vuestra integración total, ¿ha afectado esto a tu noción particular de la libertad?

Para las personas inmigrantes, hasta que no tienes la tarjeta de residencia, no eres libre. Tienes miedo de andar por la calle y ser deportado. No eres libre de vivir. Conozco a muchas personas inmigrantes que han querido manifestarse y unir fuerzas con otros colectivos sociales, pero no han podido mostrarse públicamente. No van a las manifestaciones. Eso es no tener libertad ni para poder reivindicar tus derechos. No sales de casa. No eres libre hasta que consigues el permiso de residencia.

¿Qué cambios podrían introducirse para facilitar estos trámites?

A mí personalmente me gustaría que a una persona inmigrante le den algo así como 6 meses para demostrar su arraigo; es decir, que el proceso no sea tan largo como los 3 años que actualmente se requieren.

Que no haga falta un contrato de trabajo. Quiero decir, hoy en día la gente no tiene trabajo ni siendo una persona nacional. Imagínate una persona inmigrante… es muy difícil. Esto debería dejar de ser un requisito. Con un cierto nivel de arraigo y compromiso, el gobierno podría dar un permiso de 1 año para poder trabajar. De esta forma, si tienes el permiso, es más fácil ser contratado y poder ganar un sueldo. Sin ese papel bajo el hombro la gente no te contrata porque tienen miedo de que inspección les multe.

Una persona que no está en regla no va a ser contratada. La propia ley de inmigración impide la inclusión de las personas migrantes.

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