La guerra de Trump contra las personas refugiadas
27 octubre, 2016Hoy os recibimos con nuevas noticias. Beñat Gutiérrez, periodista de profesión y especialista en política y relaciones internacionales, se une a nuestro equipo. Cada jueves podremos leer sus artículos con los que pondrá en tela de juicio el tratamiento informativo de la situación de las personas refugiadas en los medios de comunicación y en la política.
La situación de las personas refugiadas procedentes de Siria ha sido uno de los puntos calientes de la política internacional desde que estallase la guerra civil en el país en el año 2012. Y como no podía ser de otra manera, la cuestión ha estado muy presente en la campaña electoral estadounidense. Pero en una de las campañas más cruentas que se recuerdan, en la que el candidato republicano Donald Trump ha azuzado los fantasmas del racismo y la xenofobia, la situación de las personas emigrantes sirias no ha sido tratada como una cuestión de derechos humanos básicos, sino como un arma arrojadiza contra su rival, la demócrata Hillary Clinton.
Tampoco ha ayudado que la política desarrollada en el conflicto sirio sea difícil de abordar para la candidata demócrata. La controvertida actuación de Clinton como Secretaria de Estado de la administración Obama contribuyó a desestabilizar la región. Esto ha sido usado por Trump para acusar a su rival de ser la principal responsable de los flujos de migrantes procedentes de Siria. Y Clinton, contra la espada y la pared, lo tiene complicado para dar una respuesta contundente a las graves acusaciones que Trump ha venido vertiendo con asiduidad sobre las personas refugiadas sirias. En defensa de Clinton, hay que destacar que ha manifestado su convicción de que Estados Unidos “debe hacer más por los refugiados”
El núcleo duro de la campaña de Trump ha sido un discurso racista y antiinmigración que con el paso de los meses se ha ido volviendo cada vez menos sutil. Dos han sido sus principales objetivos: la inmigración ilegal mexicana a la que se dirige como “traficantes, criminales y violadores” y los refugiados sirios a los que ha equiparado, en repetidas ocasiones, con terroristas y simpatizantes del Estado Islámico. Ya desde la precampaña, y sirviéndose de los atentados terroristas en París y Niza, el magnate ha mantenido que las refugiadas sirias son “un caballo de Troya” que permitirá a terroristas entrar en Estados Unidos. Como acostumbra, Trump pasa por alto todo aquello que no le interesa. Lo cierto es, que el esfuerzo realizado por Estados Unidos con el conflicto sirio es más bien modesto. De las 6,5 millones de personas desplazadas por la guerra de Siria, Estados Unidos ha acogido a 10.000, apenas el 0´006 por cada mil habitantes. Además, ha intentado sembrar dudas diciendo que se les acepta sin saber nada de ellos. Una vez más, estamos ante una mentira puesto que el proceso al que se enfrenta un solicitante de asilo en Estados Unidos es uno de los más duros del mundo.
Sea como fuere, el discurso de Trump ha empujado a la derecha a su rival. Clinton propone aumentar la cifra de acogida a personas refugiadas en el país a 65.000, aún así escasa teniendo en cuenta la magnitud de la crisis humanitaria que vive Oriente Próximo. A menos de 15 días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Trump continúa con su discurso del “caballo de Troya”, en el último debate aseguró que las refugiadas sirias que han llegado a Estados Unidos “en muchos casos, están alineados con el Estado Islámico”. Desafortunadamente, y aunque la derrota de Donald Trump parece segura, sus peroratas contra el desplazamiento de la población siria va a condicionar la política de la próxima administración hacia este grupo. Trump olvidará su aventura política y desgraciadamente, refugiados y refugiadas seguirán sufriendo las consecuencias.
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[…] ya había dejado caer durante la larguísima campaña electoral que restringiría la entrada de personas refugiadas a territorio estadounidense. En su momento, se entendieron sus palabras como una artimaña […]