Cuidemos la tierra

Por Marta Vázquez Razquin.
Alumna del grado de relaciones Internacionales de la de la Universidad de Deusto.


¿Recordáis la fábula de la hormiga y la cigarra? La pequeña hormiga que se pasó todo el verano trabajando y recolectando comida para que cuando llegase el invierno tuviese para comer. La cigarra que se pasó todo el verano cantando y descansando.

“La cigarra era feliz disfrutando del verano: el sol brillaba, las flores desprendían su aroma… y la cigarra cantaba y cantaba. Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando, recogiendo alimentos.

– ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo para ti – le decía la cigarra a la hormiga.

– Mejor harías en recoger provisiones para el invierno y dejarte de tanta holgazanería – le respondía la hormiga, mientras transportaba el grano, atareada.

La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su amiga.

Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los árboles se habían quedado sin hojas y del cielo caían copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por el campo, helada y hambrienta. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.

– Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.

La hormiga entreabrió la puerta y le dijo a la cigarra:

– Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?

– Cantaba y cantaba bajo el sol – contestó la cigarra

.…”

Algunos libros de fábulas cuentan que la hormiga no le dejó entrar en su casa y la cigarra no sobrevivió el invierno, otros que se apiadó y le dio cobijo en su casa. Aunque personalmente pienso que la cigarra sobrevivió gracias a la hormiga, no estamos aquí para debatir el final de una fábula. Lo que yo os quería mostrar a través de esta historia, es que todos los animales que viven en la Tierra junto a nosotros también tienen derecho a disfrutar de ella y de abastecerse de los alimentos que nos ofrece. Es por ellos y por nosotras que debemos cuidar los espacios naturales y los ecosistemas que nos rodean.

¿Os imagináis qué pasaría si cuando la hormiga saliese de su casa en primavera, viese que los árboles que rodeaban su campo ya no estuviesen? La deforestación nos afecta a todos.  O, ¿qué pasaría si la hormiga no tuviese trigo para recoger en verano porque el suelo está degradado a causa de inundaciones o sequías?

Como podemos ver, son muchas las cosas que pueden afectar los ecosistemas, y aunque no todas sean culpa de los seres humanos, hay muchas que han sido causadas por nuestra presencia y nuestra actividad en la Tierra. No solo debemos trabajar en luchar contra la deforestación y la desertificación, sino también, y demostrando la diversidad de este Objetivo, debemos luchar contra la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas de fauna y flora, y evitar la introducción de especies exóticas invasoras.

Por estas razones y más, las Naciones Unidas determinaron en 2015 que “Vida de Ecosistemas Terrestres” sería el ODS 15 de la Agenda 2030. Luchemos por un planeta sano y sostenible.

Marta Vázquez Razquin.
https://www.linkedin.com/in/marta-v%C3%A1zquez-8071b91b1/

Foto: UNCTAD

No Hay Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *