Devoluciones en caliente
10 noviembre, 2016Se producen a diario, sin que se les presten la menor atención. Desde 2015 las llamadas devoluciones son una práctica “legal” en España a pesar de que vulneran 12 normas nacionales e internacionales. Aprovechando la Ley de Seguridad Ciudadana (la popularmente conocida como Ley Mordaza) el Gobierno del Partido Popular introdujo una enmienda a la Ley de Extranjería para amparar la devolución sumaria a Marruecos de las personas migrantes interceptadas en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla bajo la nueva figura jurídica del ‘rechazo en frontera’.
La frontera sur española, es un paso fronterizo de interés estratégico para España y para la Unión Europea al considerarse “punto caliente” de entrada de personas en situación irregular. El aumento de instrumentos de control migratorio en esa zona, como consecuencia de las políticas de externalización de fronteras, supone graves restricciones de acceso al sistema de asilo y a la llegada de personas migrantes. La opción que les queda es la de arriesgarse a cruzar la frontera custodiada por una triple valla equipada con concertinas, las famosas cuchillas que a tantas personas emigrantes han herido en su intento de alcanzar suelo europeo.
La labor de denuncia de las ONG ha sido vital para que la opinión pública conozca lo que ocurre en las dos ciudades españolas en territorio africano. Las devoluciones se llevan a cabo sin que medie un procedimiento judicial. No se abre ningún expediente de extranjería, no se les presta asistencia legal ni la posibilidad alguna de recurrir su expulsión. Con esta práctica, las autoridades ignoran los problemas a los que se enfrentan las personas devueltas a Marruecos. En primer lugar, se ignoran las circunstancias que les han obligado a abandonar su país y que les impide solicitar asilo. Tampoco se tiene en cuenta que muchas de las personas devueltas a Marruecos no son originarias del país norteafricano. En muchas ocasiones se trata de personas procedentes del África Subsahariana que una vez de vuelta en Marruecos se encuentran en una situación vulnerable en un país que no respeta los Derechos Humanos.
La ambigua postura de la Unión Europea tampoco ha ayudado a acabar con esta práctica. Por más que algunos medios anunciasen incesantemente que desde Bruselas “respaldaban” las devoluciones en caliente, su postura es mucho más compleja y no avala estrictamente lo que España hace con su frontera africana. Pero tampoco toma ninguna represalia.
Aunque las devoluciones hace tiempo que han dejado de ocupar espacio en los medios de comunicación, siguen produciéndose con la misma intensidad y con la misma violencia. Las devoluciones siguen siendo en caliente, pero la respuesta social es de una total frialdad.
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