Los niños y las niñas también son refugiados
14 diciembre, 2016En 2014, el 51% de las personas refugiadas eran niños y hubo 34.000 peticiones de asilo de niños y niñas no acompañados. Según la organización, Save the Children, hay alrededor de 19,5 millones de niños que están registrados como refugiados en todo el mundo. Para verlo más claro, 1 de cada 200 niños en el mundo es refugiado , y 1 de cada 3 personas que solicitan asilo político en Europa son niños y niñas.
El número de niños y niñas refugiadas ha subido en un 77% en los últimos cinco años debido a esta crisis que empeora cada vez más. Los conflictos en el Norte de África, Oriente Medio y América Central causan violencia, conflictos, y persecución que desarraigan a los niños y niñas de sus pueblos.
Los niños y niñas que se ven forzados a huir de sus casas se enfrentarse a riesgos como los abusos, la negligencia, la explotación, la violencia, el tráfico y el reclutamiento por parte de fuerzas armadas. Las niñas son todavía más vulnerables y corren el riesgo de sufrir abusos sexuales o de ser secuestradas para ejercer la prostitución. Según Europol, al menos 10.000 niños refugiados que viajan solos han desaparecidos tras llegar a Europa. Es muy posible que estos niños y niñas se hayan convertido en víctimas de prostitución infantil u otras formas de tráfico de personas.
Muchos de los niños y niñas están solos y se ven obligados a huir de las persecuciones en sus países de origen. Por ejemplo, en 2016, 26.000 niños sin acompañamiento han llegado a la frontera de Estados Unidos. Aunque la travesía no termina cuando los niños llegan a la frontera. Los niños y niñas tienen la garantía de tener una audiencia judicial ante inmigración, pero no tienen derecho a tener un abogado de oficio. Cada semana, miles de niños imploran asilo, aun sin tener conocimiento del sistema de derechos de Estados Unidos. Esta circunstancia afecta a los niños y niñas drásticamente dado que más del 50% de los niños y niñas que no consiguen un abogado serán deportados. Por otra parte, los niños y niñas que viajan a Estados Unidos con sus padres y madres, tienen otros problemas como la deportación automática o pasar muchos meses detenidos junto a sus familias.
Los que viajan desde América Central a Estados Unidos huyen por diversas razones ya que en sus países de origen se encuentran expuestos a muchos peligros. Países como El Salvador, Honduras, y Guatemala tienen la tasa de homicidios más alta del mundo a causa de las bandas. Los niños y niñas a los que se les niega el asilo y son deportados se enfrentan a la posibilidad de ser asesinados o asaltados por las bandas de las que han escapados originalmente. Esta situación no solo afecta a los niños que llegan a Estados Unidos, miles de niños que solicitan asilo político en Gran Bretaña han sido deportados a sus países, que están controlados por los talibanes y en los que sigue mandando la guerra. El mayor número de menores deportados proceden de Afganistán, Iraq, Irán, Libia, y Siria. Cuando los niños alcanzan la mayoría de edad, la protección por ser un niño se acaba y las probabilidades de ser deportados aumentan. Algunos de estos nuevos adultos no tienen familia en el país del que han escapado y se convierten en personas sin hogar. Según las declaraciones de refugiados que han sido forzados a volver a sus países, al llegar han sido perseguidos por los talibanes, secuestrados y/o golpeados.
Los refugiados que no son deportados y que entran en la clasificación de niños, se enfrentan a otros tipos de problemas como la falta de educación. Solo el 6% de los estudiantes refugiados continúan en la escuela secundaria. Se estima que el 40% de los niños en edad escolar que siguen viviendo en países en conflicto no acuden a las aulas, y que 9.000 escuelas de Oriente Medio y África del Norte están inutilizadas.
Por suerte, hay muchas organizaciones que se esfuerzan en ayudar a los niños refugiados. ACNUR trabaja activamente para contrarrestar este problema y ayudar a los niños y niñas refugiadas que necesitan asistencia. También trabaja con otras organizaciones de ámbito local e internacional y con las autoridades nacionales de los países. Ayuda a los niños desplazados a tener protección y les permite tener acceso a los servicios de rastreo familiar y reunificación.
Según el Artículo 7 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, los niños y niñas “serán registrados inmediatamente después del nacimiento”, sin embargo, esto se está convirtiendo en un problema en los campamentos de refugiados. ACNUR trabaja para asegurarse de que los recién nacidos en los campamentos sean registrados. También trabajan para ayudar a los niños con discapacidades ofreciendo actividades psicológicas, así como educación especial para que estos niños no se queden atrás.
Save the Children es otra organización que trabaja en favor de los niños desplazados. En los últimos 100 años ha estado respondiendo a crisis como ésta en todo el mundo. La organización rápidamente se movió para satisfacer las necesidades de los niños y las familias que están escapando de la persecución en sus países. En Egipto, Save the Children trabaja para ayudar a los refugiados libios. Provee apoyo psicológico y emocional a los niños a través de lecciones de arte, música, baile y teatro. También ofrece clases de árabe, inglés, matemáticas y francés y les dan a los niños y niñas un kit de la escuela. Se preocupan de darles un ambiente protector y distribuir refugios de emergencia, kits de higiene, y kits para bebés. En 2015, Save the Children trabajó en 120 países y ayudó a más de 1,85 millones de niños y niñas. El próximo año, espera aumentar este número y ayudar a más niños a alcanzar sus derechos.
Aunque organizaciones como ACNUR y Save the Children se esfuerzan por ayudar a los niños y niñas refugiadas, se debe hacer más por este grupo de personas vulnerables. Los países deben ser más comprensivos con los riesgos a los que los niños y niñas refugiadas se enfrentan y no deportarlos al alcanzar la mayoría de edad, especialmente cuando sus problemas no han cambiado.
Lydia Castillo
Refugee Children
In 2014, 51% of refugees were children and 34.300 asylum claims were made by children who were unaccompanied. According to an organization, Save the Children, there are around 19,5 million children registered as refugees around the world. To put that into perspective, 1 in 200 children is a child refugee in the world, and 1 in 3 asylum seekers in Europe is a child.
The number of children refugees has risen 77% in five years and is due to worsening crises. These conflicts in North Africa, the Middle East, and Central America cause violence, conflicts, and persecution that uproots these children from the towns they grew up in.
Children who are forced to flee their home countries face the following risks along the journey: abuse, neglect, exploitation, violence, trafficking, and military recruitment. Young girls are even more vulnerable and are at risk of being sexually assaulted or kidnapped to be sold into the sex industry. According to the EU’s criminal intelligence agency, at least 10.000 unaccompanied child refugees have disappeared after arriving in Europe. It is believed that these children could have become victims of child prostitution and other forms of human trafficking.
Many of these children are unaccompanied in order flee from the persecution occurring in their home country. For example, in 2016, 26.000 children arrived alone at the U.S. border. However, the journey of these children is not yet over after reaching the U.S. border. Unaccompanied children are guaranteed to have an immigration court hearing, however, they are not entitled to a court-appointed attorney. Every week, thousands of children act as their own lawyers to plead for asylum and they must do this without knowledge of the U.S. legal system. This dramatically affects children since more than 50% of children without lawyers are deported. For children who come to the U.S. with a parent, they face other risks like deportation or months in detention.
Children who travel to the U.S. from Central America are doing so with reasons and have faced many dangers in their home country. Central American countries such as El Salvador, Guatemala and Honduras have the world’s highest murder rates due to gang violence. For the children who get deported, they face risks of being killed or assaulted by the gangs they originally escaped from. However, these stories are not unique to just the U.S. Thousands of child asylum seekers in Britain have been deported back to countries controlled by the Taliban and other war zone areas. Most of the people deported were originally from Afghanistan, Iraq, Iran, Libya, and Syria. When these children reach 18 years old, they are no longer protected as children and they can be deported back to their country of birth. Some of these new adults have no family left in the country they escaped from and many end up becoming homeless because of this. According to refugees who have been forced to return, they had been chased by the Taliban, kidnapped, ransomed, and/or beaten in their country.
Refugees who are not deported who classify as a child face other unfair problems, like a sudden lack of education. The education of children refugees is affected dramatically because they are uprooted from their home towns. Only 6% of refugee students continue to secondary school and children in general stuck in these crises are victims to having their education at risk. It is estimated that 40% of school-aged children in nine conflict-torn countries are not in the classroom, and that 9.000 schools across conflict-torn Middle East and North Africa cannot be used.
Luckily, there are many organizations who strive to assist children refugees. The UNHCR is one group that actively works towards counteracting this problem and helping refugee children who need assistance. By working with national authorities and other international and local organizations, UNHCR helps displaced children have protection and allows them to have access to family tracing and reunification services.
According to Article 7 of UN Convention on the Rights of the Child that children “shall be registered immediately after birth”, however, this is becoming a problem in refugee camps. In order to help these people, the UNHCR works towards ensuring that new-borns in refugee camps are registered at birth. They also give help and support to children with disabilities. The UNHCR continues to give assistance to children by offering psychological activities, as well as education, so that these children will no longer be left behind.
Save the Children is another organization that works towards helping displaced children. For almost 100 years, Save the Children has been responding to crises around the world. The organization quickly moved to meet the needs of children and families who are escaping persecution in their countries. In Egypt, Save the Children works towards helping Libyan refugees, along with others. They provide psychological and emotional support to children by providing art, music, dancing, and drama lessons for them. Arabic, English, Mathematics, and French classes are also being provided for children to take and they receive a school kit that gets them started. To assist Syrian children who are fleeing their country, the organization works in Greece, as well. They coordinate ways to give children a protective environment and distribute emergency shelters, hygiene kits, and baby kits. In 2015, Save the Children worked in 120 countries and helped more than 1,85 million children. Next year, they hope to increase this number and help more children have basic essentials.
Although organizations like UNHCR and Save the Children are striving to help children refugees, more must be done for this vulnerable group of people. Countries must be more understanding of the risks they face and not deport them at the age of 18, since it is often that their problems have not changed.
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